Lo que el viento no se llevó

Fan fiction

Rhett miraba a través de la ventana… era como si por primera vez en mucho tiempo sintiera… bueno más que sentir era como despertar de un sueño pesado y largo…

A la distancia todo se veía tan claro y tan lejano a la vez, sí lejano. Recordaba cuando la vió por primera vez, bella como un sueño, rodeada.. admirada… adorada. Al principio le pareció vacía… pero conforme pasaba el tiempo era más que eso. Era ella. aferrada así misma, luchando encarnizadamente contra el desaire de un amor imposible, o contra la pobreza o el hambre… quizá por eso empezó a verla de manera distinta. Era como mirar a un espejo, al menos así lo pensó al principio, quizá y muy a pesar de sí mismo, era porque en ella veía una posibilidad.

…Y así fue. Se acercó a ella… sabiendo quien era, sabiendo que debajo de esa apariencia de muñeca, se hallaba un abismo. Pero vamos, para Rhett Butler, no había situación que antes lo hubiera doblegado. Más nunca imaginó que los giros del destino lo podrían a prueba.

En carne propia descubrió el significado del amor, la alegría, la pérdida… y la muerte, no por que fuera hoja al viento, sino porque se comprometió con el camino que había elegido. Y quizá fuera ese compromiso lo que le hizo despertar… así de repente.

La noche que murió la esposa de Ashley, Rhett comprendió, quedarse con ella significaba perderse así mismo y sin embargo no había nada que reprocharle, él siempre supo quien era ella, conocía su luz y su obscuridad.

Pero ahí estaba él, sabiendo quien era y donde estaba parado. Era como si bajo sus pies se abrieran muchos caminos. No había dolor o culpa, sólo esa deslumbrante claridad que le permitía comprender.

Lo que siguió fue muy sencillo. Si había un camino para él, ya no estaba en ese lugar. Rhett dispuso todo para partir esa misma noche.

Cuando se disponía a salir de la casa, Scarlett lo esperaba y sin dejar de ser fiel así misma, solo atinó a preguntar ¿A dónde iré? ¿Qué haré?

Rhett encaminándose a la puerta simplemente contestó “sinceramente, mi querida, me importa un bledo”.

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