Mi esposo lo dice siempre, tal vez parecerá una idea simple, sin embargo si lo miras más de cerca, notarás que es una idea revolucionaria.
El sistema se empeña en mostrarnos una y otra vez, que el destino es inexorable o en el mejor de los casos inmutable.
Pero si lo ves desde el punto de vista de que tú eliges, incluso cuando eliges no elegir, tienes el control.
Si hay personas, situaciones, cosas o incluso pensamientos que de antemano sabes que no te convienen.
¡SUÉLTALOS! Déjalos ir. Al hacerlo en mi experiencia, he encontrado libertad “de mente”. Esa libertad desbocada que me permite dirigirme hacia donde realmente quiero ser y estar.