Un día sin saber cuando empezó en la plaza principal del pueblo. Empezaron a aparecer en el piso letras. Al principio nadie las notó. Pero con el tiempo empezaron a aumentar, la gente seguía pasando por la plaza, sin verlas.
Con el tiempo su número creció, de distintos tamaños y colores, alguien notó que no eran letras al azar… eran nombres de personas!
Alguien sugirió que sería tal vez alguna moda de tik tok, o que algun grafitero estaba haciendo uso de su excedente de pintura. Pero esto siguió pasando, cada día eran mas y mas nombres.
Los gobernantes empezaron a calificarlo de vandalismo, así que optaron por pintar el piso de la plaza principal.
Al principio pareció que esto arreglaria el problema de grafitti. Hasta que un día. Sin saber como los nombres aparecieron nuevamente.
Así empezó un loop maldito, borraban los nombres y al día siguiente aparecían como si nada.
Las autoridades no daban crédito. Se tomaron medidas más enérgicas amenazando con encarcelar a quien fuera sorprendido pindando el piso de la plaza.
Pero a pesar de que se asignaron guardias especiales para vigilar durante la noche, el extraño fenómeno seguía apareciendo. Instalaron cámaras de vigilancia, al revisar las grabaciones notaron siempre a la misma hora la cintas mostraban el clasico ruido blanco de pantalla.
Cansados de no saber como darle solución a este problema, los gobernantes optaron por tomar medidas más “técnicas” y contrataron a un vidente. El primer candidato, decidió que la mejor forma de llegar a la raíz de este extraño caso, era pasar la noche en la plaza. Y así lo hizo, pero al día siguiente lo encontraron hecho ovillo en el piso paralizado por el terror. Lo mismo sucedió con todo mago, vidente o brujo que llegaron a contratar.
La situación ya se tornaba cada vez mas absurda, cuando los curiosos empezaron a llegar diario a leer los nombres del piso, No fué hasta que un día una persona descubrió el nombre de su hijo en el piso, quien habia desaparecido sin dejar rastro hace muchos años. La historia se hizo viral en poco tiempo, los visitantes llegaban por miles a la plaza ya no solo por la curiosidad, sino con la esperanza encontrar el nombre de algun familiar desaparecido o asesinado.
Y así fué, cada vez era más la gente que encontraba el nombre de algún familiar en esa larga y extraña lista.
Los gobernantes se sentían cada vez más incómodos, esto pasaba a ser una lista de casos sin resolver. Cada día la lista parecía que iba en aumento, y era extraño, por primera vez ya no solo era renglón en una estadística, ahora tenían nombre y apellido.
La respuesta de los vivos empezaba a tornarse mas peligrosa, la gente llegaba a la plaza a pedir justicia, al grito de GOBERNAR ES SERVIR… GOBERNAR ES SERVIR, ¡¡BASTA YA DE MENTIR!! el pueblo empezó a despertar… no fué hasta que aparecieron los nombres que la sociedad empezo a dimensionar la gran cantidad de personas desaparecidas y asesinadas.
Como siempre en estos casos los gobernantes empezaron a buscar responsables, que si los neoliberales, la pandemia o los malos pasos de la gente.
No fué hasta que una noche, las cámaras empezaron a detectar siluetas de personas. Lo raro es al validarlo con sus propios ojos notaban que la plaza estaba vacía. Ya la idea de contratar algún medio “técnico” no les garantizaba acabar con aquella locura.
Los gobernantes, empezaron a comentar que seguramente eso era compló de la derecha. Como no hasta el momento no se habia reportado algún daño físico, los gobernantes dicidieron ignorar el asunto y seguir adelante.
No fué hasta la noche de un 15 de septiempre, los gobernantes como para asegurar que no pasaba nada, organizaron la tradicional noche del grito…
La gente por miedo o simple seguridad procuraba ya no pasar por la plaza principal durante la noche. Así que esa noche no fué la excepción, pero algunas personas se dieron cita en la plaza para festejar, nunca imaginarían que sí darían el grito esa noche. Ya casi justo cuando el gobernante principal se preparaba para la ceremonia, entre la multitud de vivos, las sombras empezaron a hacerser mas nítidas, al grado de casi parecer sólidas rodeadas de una luz mortecina. No decían nada, permanecían de pie mirando hacia el palacio municipal.
Era un espectáculo extraño, parecía un momento congelado en el tiempo, el silencio inundaba la plaza. No fué hasta que uno de los vivos empezo a gritar el nombre de su familiar desaparecido y así como si una honda expensiva sacara de la sorpresa a los vivos, todos empezaron a gritar los nombres de las personas muertas o desaparecidas.
Desde el balcon principal, el gobernante miraba con ojos desorbitados a la extraña multitud… Sí adivinas. Ya no pudo listar a los próceres de la patria. Por primera vez desde esa noche de Dolores, no hubo un Hidalgo que clamara por la libertad y la justicia. Esa noche las voces de los vivos recordaron los nombres de los olvidados, de esos que solo son una estadística en un reporte de gobierno.
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Epílogo.
Me gustaría poder decirte que esa noche cambio algo, pero como todo dependerá del cristal con el que lo veas. Muchos pensaron que no pasó, que fué una especie de histeria colectiva. Otros se rebelaron, empezaron a grabar en su corazón esa noche del grito… pero también empezaron a comprometerse más para que esa lista no aumentara. Los gobernantes, con el tiempo se fueron. La era del del bien popular terminó. Hubo otras épocas en que nuevos nombres se sumaron a esa larga lista de la plaza principal, otras en que no aumento. Despues de ese día nadie más en el poder se atrevió a tratar de borrar esa lista de nombres… de alguna manera ese extraño memorial se convirtió en un recordatorio diario de los hombres, mujeres, jóvenes, niños y ancianos que no pudieron regresar a su hogar.