no hizo falta
una eternidad,
para amarte
plenamente.
no hizo falta
promesas vanas,
papeles
o sueños rotos.
no hizo falta
nada de eso.
Sólo una voluntad
y la conciencia
de que…
tal vez
no sobreviviría
si acaso,
unos días.
y aún así…
contra
todo pronóstico…
Sí, amarte fué
fiesta, deleite
de piel a piel,
sonrisa y paz.
Sí…
amarte fué…
vida
y muerte.