Los nuevos dioses

Ante la falta de devotos y seguidores, los dioses se vieron en la necesidad de tomar medidas al respecto.

En un mundo globalizado lleno de avances tecnolólgicos, los milagros eran cosa del pasado. No hay necesidad de que les pidan favores, o que les recen… Sin embargo necesitaban tributo, ahí se toparon con otro problema: en los tiempos actuales perdir sacrificios humanos o sangre, ya no era algo bien visto. Tuvieron que ingeniárselas. Se dieron cuenta de que los hombres apesar de tantos portentos y su cinismo, seguían teniendo las mismas vidas grises y sin sentido.

Se dieron cuenta de que los hombres buscaban desesperadamente olvidarse de la realidad, así que tuvieron que adaptarse. tomaron cualquier forma. Así en las aficiones, programas de televisión, equipos de futbol, juegos de video, encontraron el campo fértil para recuperar terreno. Ya no piden sangre, ni sacrificios, piden algo igualmente vital: tiempo, atención.

Así pudieron constituirse olimpos personales para satisfacer todo tipo de personalidad, la gente les empezó a rendir culto, sin saberlo empezaron a alimentar algo que ellos mismos no dimensionan y que a la larga ignoran. Dejarán la vida frente a algún aparato de electrónico, seguirán con sus vidas vacias y grises, pero satisfechos por las largas horas de placer e ilusión que les dan los dioses.

Bajo distintas caras, los dioses ofrecen soluciones rápidas y felices… siempre estarán ahí esperando la oportunidad para que los hombres escuchen el dulce llamado de las sirenas.

Los hombres se convirtieron desde entonces en la finita fuente de energía que los mantiene vivos. Cuando bajan las ofrendas de tiempo y atención… cambian de forma.

Sólo de cuando en cuanto aparecen seres que se reúsan a aceptar tal yugo, que saben que en un universo predatorio los dioses sólo cumplen su papel y apesar de los llamados de los dioses, mantienen los ojos abiertos, porque saben que suyo es el poder de elegir a que se enlazan.

Tal como si se tratara de mantener el equilibrio, para contrarrestar el peso de los miles de esclavos que alimentan a los dioses, siempre habrá un hombre que aún cuando tenga el cuerpo encadenado, por duras que sean las circunstancias que lo rodean, en su mente…

vive libre.

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