la continuidad implica disciplina,
compromiso y trabajo.
Casi en todas las ocasiones,
trabajo bruto, rudo, rutinario…
eso si, nada romántico.
Cuando lo vas haciendo día con día,
te das cuenta de que por más
que lo hagas de manera perfecta…
no se abren los cielos,
Dios nunca baja a dar
una palmadita en la espalda.
Más de una ocasión querrás renunciar.
Otras tantas te preguntarás porque lo haces.
o porque existes…
También te podrás sentir profundamente solo.
Si estas en ese punto,
y apesar de todo resistes…
por necedad o por curiosidad…
es seguro que te des cuenta.
Sí, que te des cuenta de que,
el verdadero sentido de la existencia
sólo esta en lo que tú se lo des.
Apartir de ese momento,
no dependerás de los dioses
sólo contarás contigo mismo.
Y sabrás que eres capaz de hacer
lo que te propongas,
Porque tienes la fuerza
y porque superaste tus propios límites.