El coro de los esclavos

“Italia en ese entonces no existía, eran pequeños ducados independientes entre sí”, así inició su clase el Profesor Cárdenas, sabía que mucho de lo que enseñaba no llegaba a ser registrado por los jóvenes de su clase, sin embargo, el seguía empeñado en dirigirse a su audiencia como si fuera la más brillante.

Tal parecía que sería la misma rutína, el hablaba, ellos lo ignoraban, pero en esta ocasión, hizo que uno de los alumnos pasara una hoja a cada uno de los integrantes de la clase, durante el proceso se hizo un silencio de curiosidad por parte de los alumnos, que empezaron a leer el contenido de la hoja.

El profesor Cárdenas, aprovechó el momento para observarlos. Los alumnos desconcertados guardaron silencio, atentos al profesor.

El continúo con voz clara y fuerte… “eran tiempos difíciles, no había esperanza, pero un hombre logró lo que nadie, ¿Alguno tiene idea de como se logra unificar a un pueblo? preguntó.

¡Seguro con violencia! dijo uno de los alumnos con ánimo, y otros lo secundaron, “puede ser… sin embargo yo me refiero a UNIR a un pueblo”.

¿cómo se puede unir a un pueblo? preguntó una estudiante en voz alta, a la mejor por las leyes dijo otro intrigado. ¿Es alguna historia de la biblia? preguntó otro alumno.

El profesor sonreía y los miraba en silencio. Los alumnos empezaban a hablar entre ellos, sobre el tema. El profesor habló con voz potente sobre pasando el murmullo del aula, todos callaron.

“Las ideas son las que unen a los hombres”.

…el barullo empezó nuevamente y alguien preguntó en voz alta… pero ¿cómo?

“Hubo un hombre que unió no sólo a un pueblo, sino a un país, no usando la fuerza o la política… sino música.”

Eso no es posible, dijo alguien en el fondo del salón.

“Vaya que es posible”, respondió sereno el profesor. “Ese hombre es Giuseppe Verdi, el fué quien inspiró a toda una nación”.

El barullo empezaba, cuando el profesor les dijo, “en sus manos tienen un fragmento de la ópera Nabucco de Giuseppe Verdi, se le conoce como el coro de los esclavos, y para que ustedes comprendan como una idea puede transformar el mundo conocido, vamos a hacer un pequeño experimiento”.

“Es algo sencillo, su tarea será, si deciden aceptarla, aprenderse el texto de la hoja, como es ópera se interpreta en italiano, pero cada dos líneas cuenta con la traducción. Su siguiente tarea será que por el día de hoy y el día de mañana se imaginen a sí mismos como esclavos, pensando en lo que sería vivir sin la menor esperanza. Así que nos vemos el día de mañana.”

La clase terminó en silencio. Al día siguiente, el profesor Cárdenas ya los esperaba en el aula. Para sorpresa del profesor, entraron callados, sin la habitual alaraca.

El salón seguía en silencio, cuando el profesor accionó el reproductor de mp3 y una melodía inundó el aula…

Va’, pensiero, sull’ale dorate;
va’, ti posa sui clivi, sui colli,

¡Vuela pensamiento, con alas doradas,
pósate en las praderas y en las cimas

ove olezzano tepide e molli
l’aure dolci del suolo natal!

donde exhala su suave fragancia
el aire dulce de la tierra natal!

Del Giordano le rive saluta,
di Sionne le torri atterrate…

¡Saluda a las orillas del Jordán
y a las destruidas torres de Sión!

Oh mia patria sì bella e perduta!
Oh membranza sì cara e fatal!

¡Ay, mi patria, tan bella y abandonada!
¡Ay recuerdo tan grato y fatal!

Arpa d’or dei fatidici vati,
perché muta dal salice pendi?

Arpa de oro de los fatídicos vates,
¿por qué cuelgas silenciosa del sauce?

Le memorie nel petto raccendi,
ci favella del tempo che fu!

Revive en nuestros pechos el recuerdo,
¡háblanos del tiempo que fue!

O simile di Sòlima ai fati
traggi un suono di crudo lamento,

Canta un aire de crudo lamento
al destino de Jerusalén

o t’ispiri il Signore un concento
che ne infonda al patire virtù!

o que te inspire el Señor una melodía
que infunda virtud al partir.

Cuando el fragmento terminó, los alumnos seguía en silencio, el profesor preguntó ¿a que aspira un esclavo?

A NADA casi gritó uno de los alumnos. ¿qué emoción les transmite la melodía? preguntó nuevamente el profesor.

De tristeza dijo uno, de querer algo mejor dijo una alumna. ¡Exacto! dijo el profesor con entusiasmo, ¿es un grito de guerra?

No, dijo alguien tímidamente. Es correcto, no es un grito de guerra, respondió el profesor. El coro de los esclavos permitió a un pueblo tener un anhelo. Fue tal el impacto de la obra de Verdi, que incluso la gente escribía en las paredes “Viva VERDI”: «Vittorio Emmanuele Re D’Italia» , como acrónimo político clandestino a favor de la unificación italiana… y lo lograron. La obra de Verdi traspasó las fronteras e inspiró a otros países, no pudo ser encarcelado porque su obra no incitaba a la violencia. Verdi pidió que lo que se recaudara de su obra se quedara los países que pedían su apoyo. De una manera sorprendente él y su obra iniciaron un cambio que transformó al mundo.

Es un evento del siglo pasado, pero parece que sigue hablando de épocas actuales, pensó en voz alta un alumno; Sí dijo otro, se oyen noticias de que desalojan a la gente de sus casas y prefieren suicidarse antes de salir a la calle.

Tienes razón, dijo el profesor. El punto más importante de todo esto es que no pierdan de vista que son las ideas las que pueden transformar y unir a los hombres. Y que cuando deje de importarles lo que pasa a su alrededor, recuerden que son parte del coro de los esclavos y que mientras en anhelo permanezca vivo en sus corazones el cambio es posible, dijo el profesor con una sonrisa cuando la alarma sonó indicando que terminaba la clase.

Verdi, Nabucco coro de los esclavos

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