Al empezar el verano pensaba que podía hacer la diferencia con sólo desearlo…
Pero todo cambió, conoció la pobreza, el poder del dinero, el amor, la vida y la muerte.
Comprendió que no todo estriba en los buenos deseos, hay que moverse (y si es con ritmo mucho mejor 😉 ) hacia lo que es correcto.
Sí ese verano nos conmovió a todas, pero se necesita mucha voluntad de acción para poder salir del rincón.